Inspección de Trabajo ha abierto una investigación separada de un expediente general que había iniciado por la denuncia de una trabajadora de un plan de empleo del Ayuntamiento de Sallent, para esclarecer un posible caso de acoso laboral por motivos de género y de orientación sexual, que habría sufrido del encargado y trabajadores -entre ellos el presidente del comité de empresa- de la brigada municipal.
Debido a los hechos denunciados, la trabajadora tuvo que tomar la baja laboral a las pocas semanas de empezar su segundo plan de empleo por trastornos de ansiedad producidos por el ambiente que vivía en su entorno laboral.
En la denuncia a la que ha tenido acceso Nación Manresa, la trabajadora explica que a ella y a un compañero de trabajo -personal laboral- que le apoyó, «algunos trabajadores de la brigada, dentro de la jornada laboral, empezaron a hacernos bromas y comentarios sexistas, machistas y homófobos, ridiculizándonos y haciéndonos sentir humillación, sobre todo cuando tuvieron conocimiento de mi orientación sexual». Esta situación, según afirmó en la denuncia, también la sufrieron dos trabajadores, un chico y una chica de dieciséis años, que habían entrado a través de un plan de empleo y que abandonaron el trabajo poco después de empezar.
Posible discriminación laboral de los trabajadores por plan de empleo
La denunciante ha explicado al diario que históricamente el personal laboral de la brigada municipal del Ayuntamiento de Sallent «ha discriminado» al personal contratado a través de los planes de empleo, «no sólo con su actitud y tintes de superioridad», sino en elementos mucho más plausibles «como no dejarnos usar el comedor de personal, ni la máquina de café, ni tener vestuarios propios». Esta situación se agravó en su caso, «por ser mujer -toda la brigada es masculina- y más aún, cuando conocieron que era lesbiana», según asegura.
En el expediente general que ya ha cerrado Inspección de Trabajo sobre las condiciones laborales, la inspectora aseguró que el personal laboral «disfruta de un comedor -cerrado con llave- con todas las comodidades […] con microondas, nevera, fregadero, lavavajillas y aire acondicionado», mientras que el personal de empleo tiene una sala aparte, «a la que se accede sin llave con una mesa y sillas».
También en cuanto a los vestuarios, el personal laboral los tiene en una sala en la que se accede con llave y que «está equipado con taquillas con llave y bancos» para sentarse, mientras que el personal de empleo «no tiene un vestuario con las mismas condiciones».
Ambas situaciones mostraban, según el expediente, que el Ayuntamiento «no había garantizado el cumplimiento de las condiciones de seguridad y salud del personal de empleo» en cuanto al comedor y los vestuarios.
A raíz de la investigación llevada a cabo por Inspección de Trabajo, el Ayuntamiento actuó «inmediatamente» para tener los espacios adecuados «para la comodidad del conjunto del personal» y hizo todo aquello «que la inspección pidió» en su informe. Según asegura el Ayuntamiento, y ha certificado al actuante, la situación señalada en el comedor y en los vestuarios ha quedado resuelta «satisfactoriamente».
Estas dos situaciones, junto con una relacionada con la diferencia de equipos de protección individual (EPI) entre ambos tipos de personal, que la inspección no consideró al amparo de las responsabilidades de cada perfil de trabajador. Tampoco determinó que, por estas causas, se produjera una situación de discriminación laboral, porque la definición legal del término contempla unas causas que no se dieron en este caso.
Lo que sí hizo la inspectora fue abrir una pieza separada para investigar la denuncia de acoso por motivos de género y orientación sexual, que todavía no se encuentra cerrada.
El Ayuntamiento de Sallent activa el protocolo por situaciones de acoso laboral.
Según la resolución de la Comisión de Investigación interna del Ayuntamiento de Sallent, a raíz de la denuncia verbal de la trabajadora en el concejal de Urbanismo y Obras Públicas, el consistorio activó el 11 de mayo de 2022 la Comisión del Protocolo por situaciones de acoso laboral e instó a la trabajadora a presentar queja o denuncia «para que quede constancia de los hechos ocurridos».
Pese a esta activación, la trabajadora señala que durante mucho tiempo se halló «perdida, sin saber a quién recurrir y sin el amparo de los responsables laborales y políticos de la brigada» que, en un primer momento no le informaron de la existencia del protocolo «y sólo lo hicieron por mi insistencia». En la denuncia en Inspección de Trabajo, la afectada asegura que tanto el personal superior, como los representantes de los trabajadores, como los miembros delegados de seguridad y salud «eran conocedores de la situación y no traspasaron la información a quien fuera necesario, ni tomaron medidas correctoras y, peor que eso, fueron partícipes de estas actitudes y comportamientos discriminatorios”.
La denunciante había completado un plan de empleo de seis meses «donde ya sufrí estas situaciones», y posteriormente volvió a incorporarse a través de otro plan de ocho meses. «Me costó mucho decidirme, porque lo había pasado muy mal la primera vez, pero necesitaba trabajar» explicó a Nación Manresa. Sin embargo, no aguantó la situación «que aún empeoró respecto del primer plan» y acabó pidiendo la baja por angustia en marzo de 2022. También el único trabajador que le apoyó cuando empezó a recibir comentarios acabó cogiendo la baja. «Le hacían el vacío, le marginaban y lo evitaban por no ser, también, señalados», señala.
Después de tomar testimonio a los denunciados y a los compañeros de la brigada municipal y de realizar una reunión con la denunciante y el trabajador que le apoyó y que también actuaba como denunciante, la Comisión de Investigación interna decidió en noviembre de 2022 archivar las actuaciones al entender que «no existían evidencias suficientes para afirmar que alguno de los acusados haya producido una situación de acoso psicológico, sexual, o de acoso por razón de sexo».
En las conclusiones, la Comisión señala que «todos los acusados niegan haber realizado ningún comentario homófobo o inapropiado a los denunciantes», aunque asume que algunos testigos admiten haber escuchado «alguna broma» sobre la relación sentimental que atribuían a los denunciantes. «Estos comentarios los hacían pese a conocer mi orientación sexual, o precisamente por eso», añade la trabajadora. Que si parecían «novios», o «la pareja de Titanic» un día que le enseñaba a conducir una máquina desbrozadora, «pero la mayoría de veces los comentarios no nos los hacían directamente, sino que lo comentaban en voz alta entre ellos porque les escuchásemos o nos llegaban por terceras personas», explica.
La denunciante aclara, y en el acta de la reunión de la Comisión se insinúa, que ella identificó a los autores de los comentarios, que «son principalmente tres, entre ellos el encargado y el presidente del comité de empresa, aunque que el resto de trabajadores no ocupacionales les seguían la corriente por no ser marginados del grupo». El resto de trabajadores de planes de empleo «no protestan ni dicen nada porque tienen miedo y no quieren que el trabajo se les vuelva aún más complicado».
Por ello, la trabajadora entiende que la constitución de la Comisión «no sirvió para nada» e «incomodó al Ayuntamiento», y así lo hizo saber, también, en la denuncia en la Inspección de Trabajo: «Existiendo un protocolo para el acoso laboral y un plan de igualdad en el Ayuntamiento, hemos tenido que investigar por nuestra parte la existencia de todos los procedimientos y pedir su aplicación yo misma», para continuar asegurando que «tampoco no se me ha informado de mis derechos, ni de la forma en que debía proceder, al contrario, sin ha pedido silencio y tiempo para que no emprendiéramos ninguna acción» fuera de la interna. Todo ello provocó que cada vez «nos sintiéramos con más incertidumbre e indefensos» para afrontar la situación que sufrían. En la denuncia, la trabajadora entiende que «en ningún momento se llevó a cabo el procedimiento interno tal y como está marcado, retrasando en varias ocasiones su apertura».
La respuesta del Ayuntamiento de Sallent
El Ayuntamiento de Sallent ha manifestado a Nación Manresa que tan pronto como tuvieron conocimiento del presunto acoso «se habló con la persona afectada y se activó el protocolo de acoso y se llevó a cabo la investigación interna». También asegura que en cuanto al comedor y vestuarios, «inmediatamente se trabajó para tener los espacios adecuados para la comodidad del conjunto del personal y se ha hecho todo lo que la Inspección de Trabajo pidió».
Asimismo, el gobierno municipal asegura que la concejalía de Igualdad «está trabajando un nuevo Plan de Igualdad», y que el Ayuntamiento está comprometido «con las buenas relaciones laborales y el respeto en todos los ámbitos».
Baja por contingencia común
Inspección de Trabajo abrió pieza separada del expediente abierto a raíz de la denuncia de la trabajadora en noviembre del año pasado, y debería resolverla durante las próximas semanas. Aparte de determinar si, según su criterio, hubo acoso, del resultado de la investigación también se derivará si la baja laboral que cogió la afectada estuvo provocada por el entorno laboral que vivía en la brigada de Sallent.
«Aunque el informe médico señalaba claramente que mi trastorno por ansiedad era provocado por el entorno laboral, la mutua no me aceptó una baja profesional y me desvió a una baja por contingencia común», explica la trabajadora .
Tras archivarse las actuaciones por parte de la Comisión de Investigación interna del Ayuntamiento, y ya finalizado, también, su contrato del plan de empleo, tramitó, con el apoyo de la CGT, la denuncia a Inspección de trabajo.
Fuente: Pere Fontanals (Nación Manresa)