CIDAC, culpable de la muerte de Xavi

Cuando Carlos miró, «la máquina ya estaba engullendo las piernas de su primo». Las piernas de Xavi, de 19 años, que falleció mientras trabajaba en la fábrica CIDAC, de Cornellà de Llobregat, el pasado 30 de abril. El momento que describe uno de los familiares del joven no solo es terrible, sino que no debería haber sucedido. «La máquina no se paró, como debe ocurrir ante un accidente. Tendría que contar con medidas de seguridad que la detengan», explica Elías Franco, abogado de la familia, que denuncia la responsabilidad de la empresa en la muerte del chico. Varios sindicatos, como CGT, UGT e Intersindical, han iniciado movilizaciones contra CIDAC por el fallecimiento del trabajador y contra la falta de seguridad de muchas empresas que ocasiona accidentes laborales y, en los peores casos, muertes evitables.

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Así sienten la familia y los amigos de Xavi su pérdida. «Esto no ha sido un accidente laboral. Mi amigo no ha muerto, lo han matado ellos. Si la máquina hubiera tenido medidas de seguridad, Xavi podría haber perdido un brazo, no la vida… Ha perdido la vida», lamenta Ángel Figueras Arroyo, de 21 años. Amigo del fallecido y extrabajador de la fábrica CIDAC, Ángel Figueras explica que dejó de trabajar en la planta el pasado diciembre por «estrés» y las malas condiciones laborales. Llevaba «seis meses» con jornadas «de 12 horas: de las seis de la mañana a las seis de tarde, de las dos del mediodía a las dos de la madrugada y de seis de la tarde a seis de la madrugada. Eso es lo que había, 12 horas de jornada cada día».

Carlos, el primo de Xavi, siguió en la fábrica y pasó el contacto de Xavi, que necesitaba trabajar para ayudar en su casa. «Su hermano se había quedado en paro y su madre tuvo que dejar la peluquería por una enfermedad», explican en la familia. Xavi consiguió el trabajo en CIDAC, para lo que dejó su casa y a su familia en Tarragona y se mudó a la casa de su primo Carlos en Hospitalet. «Carlos y Xavi tenían igual de claro que yo que trabajar allí era peligroso, es que se veía, pero su situación no les permitía dejarlo», añade Ángel Figueras.

La familia del joven fallecido, de la que actúa como portavoz Paco Marín, se está movilizando estos días para visibilizar lo que le sucedió a Xavi y denunciar «la precariedad y la falta de seguridad» de la empresa en cuestión, CIDAC. «Queremos que la muerte de Xavi sirva para algo. Que esto no vuelva a suceder. Que sirva de ejemplo a estas empresas, que explotan a la gente y la hacen trabajar sin medidas de seguridad», sostiene Marín. elDiario.es ha intentado recabar la versión de la empresa, pero la compañía no ha respondido.

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«Tampoco se ha puesto en contacto con nosotros. Nadie de la empresa nos ha contactado por la muerte de Xavi», critica Marín, marido de la tía del joven. La familia se ha personado como acusación particular en la investigación abierta en los tribunales de oficio, como ocurre en los casos de fallecimiento de una persona en su puesto de trabajo, que también investiga siempre la Inspección de Trabajo. «El caso lo sigue el juzgado de instrucción número 2 de Cornellà de Llobregat. La investigación ya ha comenzado y, aunque aún es pronto y tenemos que ver toda la documentación, defenderemos que hay responsabilidad penal y civil de la empresa», explica el abogado de la familia, del bufete Espai Jurídic.

Los familiares de Xavi sostienen la acusación de irresponsabilidad de la empresa CIDAC basándose en los testigos no solo de la muerte de Xavi, que presenció su primo Carlos, sino del día a día de los trabajadores de la fábrica. Hoy, las quejas de Xavi, Carlos y Ángel sobre la falta de seguridad y sobre «lo viejas que son las máquinas» suenan premonitorias en la casa donde residía Xavi. «Lo piensas, claro… Si hubiéramos denunciado, si hubiera hecho algo… Es inevitable», responde Paco Marín. «Las máquinas no disponían de sistema de seguridad, ni sensor ni nada, para que en caso de accidente, frenaran. Son máquinas muy muy antiguas, la fábrica está en condiciones inhumanas, además de por la falta de seguridad, a nivel sanitario, estábamos trabajando entre ratas», asegura Ángel Figueras. «Cuando llegas ahí, no te dan ninguna formación, ni de riesgos laborales ni de nada. Te ponen al lado a mirar cómo funciona, cómo trabajan otros compañeros y luego lo haces tú. Es lo que hay y lo haces», añade el joven.

El abuso sobre la gente joven, de la que se aprovechan por su inexperiencia, es una de las principales reivindicaciones de CGT a propósito de este suceso. «Queremos enviar un mensaje muy claro a los jóvenes que, como Xavi, se pueden enfrentar a situaciones como esta. Que no se dejen machacar ni engañar por las empresas, que cuando algo no les cuadre, lo denuncien. Que cuando les digan ‘no pasa nada, hombre, esto es así sepan que esto no es normal», afirma Joaquín Marín, secretario de comunicación de CGT Baix Llobregat. «Nos hemos volcado en este caso, puesto a disposición de la familia para lo que haga falta. Esperamos que a la empresa le caiga la mayor pena posible», añade el sindicalista.

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Este jueves, 13 de mayo, había convocada una concentración frente a la fábrica a las 16.30 horas para denunciar el fallecimiento del chico, además de otra manifestación el domingo en la Plaça Catalunya de Cornellà de Llobregat. «Lo que queremos es que se conozca lo que ha ocurrido. Que esto no es fortuito, no es un accidente de moto. Esto es mucho más grave y no puede quedar en el olvido. A Xavi, que era un niño, porque con 19 años eres un niño, le pusieron frente a una máquina sin seguridad y sin formación ninguna. Esto no puede volver a suceder», reitera Paco Marín.

La familia pretende también que el joven no quede olvidado como una cifra más, un trabajador anónimo muerto durante su jornada, como ocurre a diario. En España mueren dos trabajadores cada día. Un total de 708 víctimas laborales en 2020, año en el que no se redujeron los fallecimientos de trabajadores ni pese a la caída de actividad. «Buscamos las noticias y solo decían que había muerto un trabajador en una fábrica y poco más. Cuatro líneas. Ni su nombre, ni el de la empresa, nada. Sentimos que eso no podía ser, que esto se tiene que saber», destaca Paco Marín. «Se llamaba Xavi Cayuela Camino. Tenía 19 años y era un buen chico».

Fuente: Laura Olías (Diario ES)

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